Así ocurre con los jóvenes de un barrio obrero que emprenden
sus inicios en la cultura del Hip Hop. Desde lo más bajo, sin tener grandes
conocimientos, pero con una mochila repleta de experiencias vitales. Roces y
más roces con la vida, con la sociedad, desigualdades y marginaciones de todo
tipo, que hacen que vayan creando la presión suficiente para que un día, en un
instante determinado, decidan expresarse y salir al mundo en forma de graffiti,
rap, break... Empiezan trazando unas líneas en un folio reciclado con un
lapicero prestado (undergound). Quieren que se les escuche, que se les
reconozca, salir del anonimato social, dejar de ser un número más en la lista
de población en riesgo y comenzar a ser un humano más en lucha contra la
desigualdad.
Avanzan un poquito, sus amigos les escuchan, les enseñan sus
dibujos y hablan en el parque (underground) sobre algo que escucharon cierto
día, el Hip Hop surgió como un vehículo para canalizar la violencia acumulada
en los barrios marginales de New York. Esta violencia, causa del sistema
capitalista, les hacía continuar siendo desplazados y aislados del resto de
grupos sociales, y lo más importante: los separaba a ellos mismos. Se canalizó
esta violencia hacia las capas superiores que les oprimían y todavía lo
continúan haciendo, utilizando el graffiti para escribir un nítido “POLICE
KILLS” en una pared de Harlem, el rap para gritar bien alto y fuerte “FIGHT THE
POWER” o el break para decir sin tapujos “NO GUERRAS DE BANDAS, MÁS GUERRAS DE
ESTILO”… Entonces estos niños reconocen a ellos mismos con esos latinos del
Bronx que bailaban sobre un trozo de cartón, con esos afroamericanos que
lanzaban rimas al nivel de grandes poetas en un corro de Brooklyn, y comprenden
que, porque no, ellos también pueden utilizar este arma para cambiar su
situación, y la de las generaciones venideras (underground).
Investigan sobre MC’s actuales y clásicos, sobre fotógrafas
como Martha Cooper (undergorund) que dieron mayor dimensión a la cultura, sobre
formas de letras para pintar, efectos que añadir a sus tags… y van avanzando
más, pasito a paso, “de a poquito”, en su capacidad para expresarse y compartir
mediante el Hip Hop. Así un día, en el que le grupo es ya más numeroso y posee
un nombre “Hip Graff crew", les llega la oportunidad de pintar un muro de
un colegio público de su ciudad. Lo habían conseguido, iban a poder colocar su
pensamiento y opinión (hasta ahora silenciada) a la vista de todo el mundo.
Lluvia de ideas, valores educativos, solidaridad, respeto, hermandad, héroes
revolucionarios nacionales.
Sólo queda plasmarlo, poner en lo más alto del mapa esa idea,
colocar en la pared gris las coloridas ideas de Fidel (underground) “Lo más
fundamental que tiene que hacer una revolución es preparar hombres y mujeres. Lo
más fundamental que tiene que hacer una revolución es enseñar y educar. La
tarea más importante de una revolución, y sin la cual no hay revolución, es la
de hacer que el pueblo estudie.”, la colorida imaginación del niño del barrio
que pinta de futuro la pesimista realidad.
Sin saberlo habían realizado, al igual que los elementos en
el ciclo de los elementos terrestres, una ascensión a través de las vías de la
sociedad. Empezaron en lo más bajo, sus situaciones les provocaban continuos
roces que causaban una presión que debía salir por algún lado. Utilizando el
Hip Hop logran expresar, involucrándose poco a poco, sus opiniones y su
historia, cambian su nombre, ponen un nombre a su sociedad… y plasman una idea
global del grupo en un lienzo de concreto, que hará que próximas generaciones continúen
el ciclo. Desde abajo habían conseguido llegar a lo más alto, la libertad de
poder decir lo que piensas, hacer lo que quieres y vivir, sobre todo vivir.
Pero vivir sabiendo siempre de donde se viene, de debajo de la tierra,
UNDERGOUND.
(Historia
basada en el taller de Hip Hop realizado en APAN, Diriamba, con la crew Hip
Graff).Granada 07/08/2014