martes, 25 de noviembre de 2014

Nubes militantes

Como nube terrosa
en carretera polvorienta
desaparecieron
43 hermanos.

Estudiantes
que no callaban
ante la mano
del amo.

Trabajadores
que abrían
el libro
y cerraban
el puño
(en alto).

Creyeron
los buitres lacayos
del águila del Norte
que borrándolos
de nuestra vista
iban a dejar
de estar presentes.

Olvidaron que,
como mariposa monarca
sin corona pero
con alas incansables,
recorrieron
los cuatro puntos
cardinales:

Fueron Jhon Reed
gritándole al imperio.
Fidel y Camilo
en el Caribe.
Augusto Sandino
y Farabundo Martí
en el centro del continente.
Fueron como Hugo
hijos de Simón Bolívar,
guerrilleros farquianos
en la selva colombiana.
Como Salvador Allende
fueron hijos del pueblo,
fueron montonera
en la pampa,
tupamaros
en el Río de la Plata.
Fueron Evo
en las cumbres
del Illampu,
Tupac Amaru
en Cuzco.
Fueron Zapata,
Pancho Villa,
el 5 de Mayo,
y Ejercito
Zapatista
de Liberación
Nacional.

Fueron
son
y serán
compañeros
de lucha.

Hoy más que nunca
se escuchan sus voces
se sienten sus pasos
abarrotando el D.F.
Se observa su grito
y su mirada creciente
señalando el futuro.

Os esperamos
en el aula
y en el centro
de trabajo.

Nunca cesaremos
de llenar el cielo
de nubes que escriban:
¡vivos se los llevaron,
vivos los queremos!




Diriamba, 21/11/2014

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Recuerdos

“La idea y el recuerdo son lo más íntimo del hombre; donde nadie puede escrutar, ni pudo escrutar la inclemencia de la montaña, lo único que la naturaleza no puede transformar fácilmente. Uno alimenta los recuerdos y cuando se acuesta en la hamaca por la noche, acurruca los recuerdos, los saca un poquito más para fuera del cerebro, les da vuelta en la cabeza, los pasea un poco, tímidamente por los ojos, tal vez por la cara; pero yo nunca me la vi. Entonces saca a pasear el recuerdo y antes de dormirse lo devuelve al cerebro paulatinamente como un caracol que se encierra de nuevo, tus ideas las empezás a recoger otra vez, a lo mejor yo no sé si también el cuerpo, y empezás a encerrar de nuevo tus ideas, a recoger los recuerdos hasta que se cobijan y quedan quitecitos alojados en el cerebro… como descansando… y te dormís. Digamos que el único cordón umbilical, el único hilo que te queda con ese pasado o con ese presente que convirtió en pasado –eso lo recuerdo increíble-, es la idea, el recuerdo.”
Omar Cabezas, La montaña es algo más que una inmensa estepa verde.

Es increíble como una canción de rap, un libro o un dibujo puede despertar tanto sentimientos en una persona, tantos recuerdos que vienen a la cabeza de golpe, veranos que deseas que nunca acaben, conversaciones que te empequeñecen físicamente pero te hacen gigantes interiormente, lágrimas recorriendo fugazmente las mejillas como si cuanto antes caigan al suelo antes se olvidará su causa, sonrisas perenes que le ganan el pulso a dioses y se niegan a morir ante la historia. Es increíble como salen a pasear los recuerdos de rimas entre micros y altavoces de bajo presupuesto, de cervezas, asados y aguardientes bajo la Luna de nuestra patria, de sábanas ardientes como el infierno, de versos en pos de la más hermosa de las musas.
Parece que los recuerdos tocan a la puerta de la memoria, se limpian los pies mojados por la lluvia y el barro en la alfombra de la entrada y pasan al salón del presente, y te dicen que continúa ahí la felicidad de compartir plato con camarero, poeta, sufridor o princesa a pesar de que “a veces llegan heladas y no encuentras la forma de arrancarle al invierno la distancia”… continúa ahí la felicidad, pero acompañada por la nostalgia, la melancolía, la tristeza, esperando el postre de la última cena.

La grandeza es que ese postre solo lo puedes servir tú mismo, y tú decides si quieres que sea amargo como el olvido y el químico en la garganta o dulce como el recuerdo la fruta tropical. Tú decides…



Diriamba 04/11/2014

Aceptar la miseria enriquece

Finales de Septiembre, después de 6 meses por el núcleo de Centroamérica, nos vemos obligados a salir de la céntrica Nicaragua para renovar visado y poder continuar con el proyecto. El rumbo que escogemos es hacia el sur (quizá tentados por nuestras ganas de enrumbarnos hacia el cono sur del continente), hacia Costa Rica y Panamá.


El destino que nos fijamos tiene su raíz en la economía: Costa Rica es el país más caro de toda América Latina (junto con Uruguay y Chile), y ante nuestra situación de voluntarios decidimos continuar la ruta hasta el norte de Panamá, mucho más económico. En el norte caribeño del territorio panameño se encuentra un archipiélago de islas de película, es el archipiélago de Bocas del Toro. El nombre viene de la época de conquista y saqueo español, cuando llegó Cristóbal Colón en una de sus expediciones, ante el ruido que generaba el choque del agua con las rocas de las islas y que se asimilaba al rugido de un toro, los tripulantes dijeron que se hallaban frene a la boca de un toro. Desde Diriamba hasta Bocas del Toro hay cerca de un día de transporte. Primero nos dirigimos hacia San José, la capital de Costa Rica, en un viaje de 8 horas en bus, cruce de frontera, montañas y tormentas tropicales incluidas. En San José se debe agarrar otro bus en dirección a Sixaola, el pueblo fronterizo con Panamá en el lado caribeño. En este punto nos separamos de nuestras compañeras de proyecto, y quedamos los tres varones solos en el trayecto (los tres mosqueteros, como nos bautizó Marijus). Este segundo viaje en bus tiene una duración de cerca de 6 horas, atravesando más de la mitad de la costa caribeña costarricense (a lo largo del trayecto se observan innumerables factorías de frutas, de productos madereros… debido a que la mano de obra en el caribe es más barata que en el resto del país, quizá el hecho de que allí resida la mayor de la población negra tenga algo que ver, al igual que tanta empresa norteamericana tenga algo que ver en la bajada de pantalones que Costa Rica ha realizado a lo largo de su historia contemporánea).

En Sixaola viene la primera gran aventura, cruzar la frontera a Panamá. Lo primero que se debe tener en cuenta es la imagen tétrica de la frontera: un puente de viejos tiempos ferroviarios, de hierro macizo y abandonado a su uso inicial, donde la gente solo puede cruzar a pie, sobre el río homónimo nombre. Lo segundo a tener en cuenta son las autoridades fronterizas, tanto de uno como de otro lado, siempre que tengas dinero podrás cruzar sin problemas, si no lo tienes seguramente tendrás otra cosa: problemas.



Una vez en Panamá todavía faltan tres viajes hasta llegar a Bocas del Toro: un bus desde Changuinola (frontera) hasta Changuinola, otro bus desde Changuinola a Almirante y una lancha desde Almirante hasta Isla Colón. En total unas 3 horas más de viaje por tierras panameñas, donde observamos un ambiente mucho más verde que en nuestra zona del Pacífico nicaragüense, notamos un calor mucho más abrasador y húmedo y visualizamos grandes porciones de selva tropical y grandes plantaciones monocultivo yanquis de palma (para extraer aceite de palma) que devoraron grandes porciones de selva tropical. Después de todo este trajín de viaje nos recibe la anteriormente nombrada isla de Colón, la isla más grande del archipiélago y la que acapara la mayor parte del turismo. En Colón la población nativa es negra, hijas y nietos de las esclavas que vinieron de África a Panamá “gracias” a los buques europeos y norteamericanos destinados al tráfico de humanos. La isla está abrasada por el excesivo turismo que acarrea, pero aun así merece la pena visitarla. Las playas son de postal, el agua parece filtrada por modernos mecanismos científicos y las barreras coralinas son de documental, la fauna es digna de estudio: tiburones, mantas, peces de mil colores, cientos de aves policromáticas, enormes estrellas de mar…


Por la noche uno intenta aprovechar para disfrutar de la Luna caribeña, pero el excesivo turismo, la frenética música y el recuerdo y la memoria nostálgica le ponen freno al caballo del frenesí.

De vuelta a Nicaragua paramos varios días en la zona de Limón en el  Caribe de Costa Rica, concretamente paramos en Cahuita, una zona preciosa, en la que es posible pasar de un parque natural de selva a una playa caribeña de agua clara (nuestra estancia coincidió con un temporal típico de esta época y no pudimos apreciar tal encanto). Esta misma tormenta nos hizo retrasar nuestra llegada a Cahuita por la imposibilidad de cruzar la carretera panameña hacia el norte debido a los numerosos árboles caídos en la carretera.

Por último en paramos de nuevo en San José antes de embarcar rumbo a casa, esta vez lo hacemos acompañados por una nativo y oriundo del lugar, el cual entre tragos, guaro, salsa y cumbia, reconoce el sentimiento de cualquier costarricense con el mínimo de decencia: Costa Rica es como es por que históricamente no ha hecho más que bajarse los pantalones ante USA, no ha sido más que un lacayo del imperio, su prostituta de bajo precio, su perro dócil, su ejemplo a seguir para el resto de naciones. El desarrollo al que parece haber llegado no es más que el desarrollo íntegro del capitalismo, un desarrollo que se produce por la explotación de otra parte de la población (intranacional como es el caso de los habitantes caribeños del país e internacional como es el caso de los vecinos centroamericanos), por la concesión de tratados de libre comercio que favorecen dicha explotación. Es decir, ese aparente desarrollo no es otra cosa que aceptar la miseria para enriquecerse. La riqueza económica del país es mayor, pero la miseria moral del país aumenta también con ese capital, y la población, mientras se fragua el cambio, lo sabe y lo predica a sus hermanos centroamericanos para que no caigan en el mismo error. Será más rico, pero es menos digno.


Diriamba 04/11/2014