Ocho día y siete noches, aprendizaje (sobre uno mismo y sobre
los que le rodean), cultura, naturaleza, nostalgia, llantos, risas, sudor,
cerveza, ron, café…
Todo esto reflexioné en Granada (La Gran Sultana), primera ciudad colonial de América, que todavía conserva su estructura y su colorido, ciudad que acoge la gran semana de la poesía nicaragüense, que crece a orillas del gran Lago Cocibolca (uno de los más grandes del mundo) con su volcán Mombacho repleto de vida salvaje, azufre, biodiversidad…, sus isletas mostrando la desigualdad de nuestro actual sistema (lujosas mansiones cubriendo una isla en la que se observa un pequeño cuadrado de latas que sirve de alojamiento para los trabajadores de la finca).
Para finalizar, el día que cumplimos un mes en este gran
país, nos desplazamos hasta el Teatro Nacional Rubén Darío de Managua, allí se
celebra un acto para conmemorar al joven revolucionario Luis Alfonso Velásquez
Flores (asesinado por la guardia fascista de Somoza cuando solo contaba con 9
años de edad). Pero el acto, desde mi punto de vista, está lejos de ello, en
este acto se observa el machismo reminiscente en la sociedad nica, tratar a una
niña como una mujer, poniéndole harapos para hacerla aparentar una secretaria
en New York, un objeto sexual, una subespecie al servicio del hombre,
haciéndola bailar como un ave en celo para llamar la atención del macho…
sinceramente, camaradas, si creéis que este es el camino revolucionario para
buscar la igualdad estáis muy equivocados, que se lo pregunten a la niña
violada a las afueras de Granada, en la zona rural, y que es humillada por la
psicóloga que supuestamente debía ayudarla diciéndole “la violación es una
castigo de Dios, no puedes abortar, debes asumir la carga”, o a la adolescente
que por temor a la marginación no utiliza medidas anticonceptivas y debe tomar
la decisión de traer al mundo una nueva persona, sin poder asegurarle una vida
digna (ni a su hijo ni a ella misma). Mucho debe cambiar esto, compañeros, y si
de verdad es un proceso revolucionario, no hay tiempo que perder, ya lo avisó
Cortázar en su “Nicaragua, tan violentamente dulce”: el machismo es la gran
lacra latinoamericana.
Así concluye mi primer mes por tierras tropicales, esperando
la tormenta que inunde el silencio que ahogue mi dolor.
“UN LOCO YERRA, PERO NUNCA MIENTE
Me prometí no escribirte
por no saber llorar
como corresponde,
por no saber follar
a deshora
y dejar insatisfechas
a las amantes
que me regalaron
su CUERPO.
MUJERES
sin nombres
con los nombres
más bellos
y los PECHOS
de CARNE,
leche y nube;
la fuente de la VIDA,
condena de POETAS
que juegan
inocentes a que venga
la MUERTE
y los entierre
o les sorprenda.
Me prometí no escribirte,
no mencionarte
en estas líneas
porque sólo soy
el polvo de las estrellas
descompuestas
que se baten bajo tierra
y es en el subsuelo
donde mi EGO
grita en silencio
y los electroshocks
son tu RECUERDO.
Me prometí no escribirte,
OLVIDARTE
para poder seguir
MURIENDO,
que la vida es bella
si ésta sigue siendo la esquina
de la calle más concurrida
de Granada
donde borrachos,
vagabundos
y princesas
vomitan sus miserias.
Me prometí no escribirte,
DESAPARECER
tras el poema
donde PERMANECÍA
junto a ti
en una cama recluida.
Me prometí no escribirte
porque quise matarte
al mencionar tu nombre,
al imaginarte
DESNUDA
y dejándome
que te tocara
la SAGRADA
hendidura
con mi volcánica
LENGUA
de lagarto;
reptando
por tu espalda
–que es una ciudad en llamas–,
serpenteando
con mi columna
vertebral
como un reptil
invertebrado,
permaneciendo
INERTE
dentro de tu útero
o derramándome
en el universo
de la BOCA
de tus glúteos.
Me prometí no escribirte,
que mis versos
fuesen el cementerio
de tu imagen
y los cuervos
con trajes NEGROS
llevasen ROSAS
a mi tumba.
Me prometí no escribirte
y he faltado a mí palabra.
Es lo que tiene
SER un «maldito»
neurótico
que yerra
pero NUNCA
miente.” Pabl Owski, Poetas de Petrer, Antología Poética.
Què bé sona un poema meu quan t'imagine recitant-lo i em done compte que també puc ensenyar un poquet a altres persones.
ResponderEliminarGran dedicatòria.