sábado, 19 de abril de 2014

Salvaje selva

Primer contacto con la selva centroamericana. El trayecto que recorremos en este pequeño gran viaje: Selva Negra-Matagalpa-Cerro de Peñas Blancas-Jinotega. Las sierras interiores de Nicaragua, escenario de los principales combates revolucionarios del Frente Sandinista de Liberación Popular, parte de la Reserva de la Biosfera de Bosawás, el pulmón del país (dicen de esta zona los nicas), cuna de libertadores sandinistas, ejemplo de lucha y dignidad.

Selva Negra:
Selva Negra nos recibe a pleno sol, después de uno de los tantos viajes en autobús colapsado tan característico de Latinoamérica. La fauna y flora presente en este paraje, a escasos kilómetros de Matagalpa, es interminable: monos araña, loros, papagayos, ardillas, colibrís, ánades, matapalo, palmas, bambú… El agua abunda, principio de la vida, lo que permite este órdago de especies vitales. No conseguimos visualizar gran cantidad de estas especies, principalmente por dos motivos: las horas a las que realizamos la visita (12 del mediodía) y la época del año (verano). El calor, punto de unión de etas dos variables, hace que los animales se camuflen e intenten gastar el mínimo de energía para no ser capturados por posibles depredadores. Aun así, escuchamos el canto de varios papagayos y loros, quizá nos pedían una visita en otra época y a otras horas, o seguramente avisaban a sus cohabitantes que un peligro había entrado en la zona. El paisaje selvático, tan repleto de belleza, le hace a uno recordar los momentos y las caras tan lindas y sonrientes que le hicieron llegar hasta aquí y le obligan (o se obliga a sí mismo) a escribir lo que ve y siente para poder compartírselo. La visita a Selva Negra acaba con una nueva sorpresa, el bus no pasa, y no nos queda otra para llegar a Matagalpa que hacer autoestop o “raid”. Parece fácil, pero os aseguro, que siendo nueve los integrantes del grupo, no es sencillo encontrar un vehículo dispuesto a transportarnos y con capacidad para ello. Al final, como el Frente Sandinista hace ya más de 30 años, obtuvimos la victoria.







Matagalpa:
Bienvenidos a la cuna de los grandes revolucionarios nicaragüenses, así nos recibe la gran ciudad elevada de Matagalpa (700m de altitud), con una gran efigie de los comandantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional: Tomás Borge Martínez (1930-2012) y Carlos Fonseca Amador (1936-1976). No creo que fuese casualidad, que el 14 de Abril (aniversario de la instauración de la II República Española, que, con errores, intentó vestir de gala y purpura el territorio que tanto añoro, ¡la tercera será obrera y popular!) me encontrase en esta ciudad, que recuerda a sus héroes revolucionarios y no a sus verdugos, como tan bien se conoce en “mi” patria (la historia la escriben los que vencen…). Es la primera gran ciudad que visitamos, probamos sus dos grandes manjares: café y ron, lo cual se convierte en motivo de celebración, o eso parecen decir nuestros exoesqueletos. Por dentro, la alegría no rebosa, menos cuando el efecto del alcohol etílico te hace recordar y asimilar, que queda mucho, que todo no puede ser y que con quien tú quisieras bailar una cumbia infinita está volando por lejanas tierras. Como no, esta hermosa ciudad también recuerda a su gran poeta, Rubén Darío, gran literato de las letras hispanoamericanas, con una gran estatua en el parque que lleva su nombre, cerca del museo Carlos Fonseca.


Cerro de Peñas Blancas:
A primera hora de la mañana del Lunes 14 de Abril salimos hacia el Cerro de Peñas Blancas (1700m de altitud), pequeña porción de la Reserva de la Biosfera de Bosawás. El viaje en bus por las serpenteantes carreteras es espectacular y lleno de sensaciones, paisajes inacabables, sonidos de aves que el intelecto humano nunca hubiera podido imaginar, las nubes comenzando a elevarse por las altas cumbres… Acabamos el viaje antes de lo esperado, a escasos kilómetros de nuestra parada, debido a que el saturado medio de transporte no puede soportar una dura subida y acaba por ponerse en huelga y obligar a sus pasajeros a dejarlo descansar. Decidimos acabar el camino a pie, cruzando la selva, y es entonces cuando se abre entre nosotros el indescriptible paraje, todo verde, nebliselva o bosque húmedo de alta montaña, evapotranspiración llevada al límite, cada paso que se da es un derroche de sudor y toxinas al ambiente… para conocer la zona contratamos a un habitante de la zona desde que nació, parido por la selva, el cual nos muestra como sangran los árboles, como vuela el guardabarrancos, como lucha la flora por conquistar un hábitat, como zumban las abejas recolectoras de miel y como la almacenan en el interior de los troncos, como la planta cafetera lucha contra incontables plagas, como el agua fluye y hace que brote tal cantidad de vegetación que el oxígeno colapsa los cuerpos que se internan en esta salvaje selva. A la caída del sol, se escuchan sapos, ranas, búhos, aves desconocidas, luciérnagas… y la gran Luna, más grande que nunca, de tonos anaranjados, parece decirnos que la deforestación que se está produciendo en esta zona, vital para el planeta, le hace llorar sangre, la sangre de los campesinos muertos por defender las tierras, de los guerrilleros que gritaron Nicaragua Sandinista, de los árboles que ya no podrán robar dióxido de carbono de la atmósfera y regalarle puro oxígeno.



Jinotega:
Último punto de este viaje, 1004m de altitud, ajetreado mercado, con el gran lago de Apanás pidiendo las cercanas lluvias, paisaje de agua dulce que sirve de hidratante para las aves, vacas y caballos que cubren la zona, de sustento para numerosos pescadores que buscan el preciado pescado de la región: guapotes. En plena ciudad me encuentro ante numerosos recordatorios de que esta ciudad fue escenario de grandes batallas revolucionarias en la guerra libertadora contra el sangriento Somoza: murales, banderas rojas y negras, monolitos, …




Regresamos a nuestros hogares, con la mente puesta en el cosmos, esperando respuesta de otra selva, también tropical, la cual alberga en estos momentos a personas capaces de robar el sueño, de hacerte volar, de querer compartir con ellas todos tus momentos vitales.
19/04/2014

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